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10 Señales que te Indican si tu Gato Está Enfermo
Los gatos son muy conocidos por ser expertos en ocultar enfermedades.
Lamentablemente, esto implica que los síntomas de un gato enfermo pasan desapercibidos para muchos de nosotros.

Sin embargo, no se necesita ser veterinario para saber cuándo algo anda mal.
Con esta publicación queremos contarte sobre los 10 signos más comunes de un gato enfermo, para que puedas detectarlos siempre.
¡Empecemos!
1. Cambios en apariencia o peso
Cuando un gato no se siente bien, puede comportarse un poco "raro".
Si va encorvado, moviéndose menos, inclinando la cabeza de manera extraña o llevando la cola de manera diferente, tómalo definitivamente como una señal.
Puedes notar cambios sutiles que ni siquiera destacarán.
Cuando un gato está enfermo, la deshidratación es el problema típico.
Para saber si tu gato está deshidratado, los hospitales veterinarios VCA recomiendan los siguientes pasos:
(1) agarra suavemente la piel de tu gato en las escápulas
(2) tira con suavidad,
(3) suelta y observa.
Si la piel vuelve inmediatamente a su lugar, entonces tu gato no está deshidratado.
Pero si la piel parece "tensada", esto generalmente sugiere deshidratación.
Consulta a un veterinario de inmediato.
Los gatos con enfermedades crónicas pueden experimentar cambios graduales de peso, solo notables cuando pasas las manos sobre las costillas y la columna vertebral.
Si crees que tienen una pérdida extrema de peso, especialmente si tenían sobrepeso antes, esto puede ser un signo de un trastorno metabólico como la diabetes o la hipertiroidismo.
2. Cambios en la personalidad

Aunque depende de la personalidad de cada gato, los felinos enfermos suelen volverse reclusivos y pueden incluso esconderse de sus dueños.
Algunos gatos se enfadan más de lo habitual, mientras que otros se vuelven más necesitados.
Un gatito enfermo típicamente tiene un nivel de energía reducido.
Tu gato podría dormir más, jugar menos o estar inquieto.
Además, si tu gato parece aumentar su nivel de actividad, esto puede ser un signo de hipertiroidismo.
Los gatos con hipertiroidismo no pueden dormir por la noche y pueden despertarte con sus maullidos.
Si tienen problemas en las articulaciones o artritis pueden encontrar difícil moverse, dejar de saltar a mesas u otras superficies más altas o cambiar la forma en que saltan.
Si de repente tu bolita de pelusa no puede usar sus patas traseras, busca asesoramiento médico de inmediato.
Aunque es común que los gatos mayores tengan artritis, es esencial hacerlos sentir cómodos con una almohada ortopédica.
3. Cambios en la excreción
El estreñimiento y la diarrea son síntomas graves de enfermedad en gatos.
El estreñimiento puede ser más difícil de detectar en la caja de arena que la diarrea.
Heces pequeñas, secas y duras son anormales y pueden indicar enfermedad renal.
Si hay más orina en la caja de arena de lo habitual, esto sugiere que el cuerpo de tu gatito no puede conservar agua y puede señalar que está desarrollando problemas renales, hepáticos o diabetes mellitus.
Menos orina también puede ser un signo de un problema renal o de vejiga.
Si notas que tu gato entra y sale frecuentemente de la caja o hace esfuerzos para orinar, puede tener problemas del tracto urinario.
Un felino con una infección urinaria limpiará en exceso sus genitales.
Debes buscar atención veterinaria inmediata si observas una aparición repentina de problemas en la caja de arena.
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4. Cambios en apetito o sed

Cualquier cambio repentino en la sed o el apetito siempre es motivo de preocupación.
Los gatos con enfermedades dentales pueden ser quisquillosos con su comida.
Sin embargo, los gatos que sufren enfermedades metabólicas, como la diabetes mellitus o hipertiroidismo, podrían presentar demasiada hambre o demasiada sed.
Además, los gatos con problemas de hígado o riñones suelen tener más sed y experimentar pérdida de apetito.
Programa una cita con el veterinario de inmediato si tu gato no ha comido o bebido agua correctamente en 24 horas.
Los gatos anoréxicos son más propensos a desarrollar lipidosis hepática, también conocida como enfermedad del hígado graso, lo que les hace perder el apetito durante largos períodos.
Si se diagnostica el síndrome de hígado graso, tu gato necesitará atención de emergencia.
5. Pérdida de pelo o problemas en la piel
Cuando tu gato no se siente bien, es posible que notes que no se está acicalando adecuadamente.
Como resultado, es posible que veas con frecuencia un pelaje descuidado u oleoso, enredos en el pelaje o montones de pelo suelto.
A veces, puedes notar un cambio en el brillo del pelaje o caspa.
Por otro lado, el acicalamiento excesivo en los gatos tampoco es una buena señal.
Si crees que tu gato se está acicalando más de lo habitual, puede ser una respuesta al estrés, un problema cutáneo como alergias, un parásito como pulgas, ácaros o tiña, dolor por una dolencia como artritis o un problema con la vejiga.
Recuerda siempre que los gatos que se lamen excesivamente en un lugar pueden tener erupciones u otros problemas de piel.
Cuando lleves a tu gatito al veterinario, lleva su bolso de viaje contigo para que puedas llevarlo todo cómodamente.
6. Secreciones inusuales en ojos, nariz y oídos

La secreción de ojos o nariz indica infecciones respiratorias superiores.
Como resultado, tu peludo puede enfermar y perder el apetito.
Problemas de salud como estos pueden ser contagiosos para tus otras mascotas en casa.
En este caso, buscar consejo veterinario profesional es recomendable, ya que el veterinario puede recetar medicamentos para tratar la infección.
Si tu gato tiene alguna secreción o residuos en los oídos, puede tener ácaros en los oídos o una infección.
Si se deja sin atención, el tímpano puede verse afectado.
Los problemas de oído son muy incómodos y pueden hacer que tu felino sacuda la cabeza con frecuencia.
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7. Hinchazón, bultos o protuberancias
Es crucial prestar atención a cualquier hinchazón en el cuerpo.
Por un lado, puede ser un absceso desarrollado a partir de una herida o podría ser un tumor.
Observa la zona y programa una cita veterinaria si tu gato muestra signos de dolor cuando tocas el bulto, si está caliente al tacto o si no hay mejora en unos días.
8. Problemas respiratorios

El mal aliento puede indicar problemas dentales.
Aunque un poco de halitosis leve puede no ser una emergencia, los dientes de tu gato deben ser examinados la próxima vez que visites al veterinario.
Sin embargo, la halitosis severa debe recibir atención veterinaria urgente.
Además, mantente alerta ante la saliva excesiva y el sangrado en la boca.
Si tu gato tiene una infección oral, las bacterias pueden propagarse por todo el cuerpo.
El corazón y otros órganos pueden verse afectados.
Jadeo, respiración superficial o dificultades respiratorias anormales son muy graves.
Los gatos con problemas respiratorios suelen dormir con el cuello y la cabeza extendidos o pueden tener problemas para dormir normalmente.
Estornudos o episodios de tos que se repiten con frecuencia también son indicadores de enfermedad.
9. Vómitos
Un gato vomita ocasionalmente alguna bola de pelo, o puede vomitar justo después de comer.
Sin embargo, el vómito frecuente durante más de unos pocos días no es normal.
Además, ten en cuenta que la deshidratación podría resultar del vómito que dura más de dos días.
Observa con qué frecuencia vomita tu felino y cómo se ve cuando lo hace.
Si notas que el vómito tiene sangre, parece inusual o es demasiado frecuente, es necesario ir al veterinario.
Recuerda trasladar a tu gato en un transportín adecuado.
El vómito frecuente puede indicar:
- Cáncer
- Problemas hepáticos
- Infección
- Obstrucción intestinal
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10. Aumento de maullidos
Los gatos pueden intentar comunicarse contigo cuando de repente se vuelven demasiado ruidosos.
El aumento de la vocalización puede significar que tu felino está sintiendo dolor, experimenta malestar gástrico o quizás una condición neurológica.
Un gato que maúlla más frecuentemente de lo habitual durante más de 24 a 36 horas puede tener un problema grave.
Por otro lado, podría indicar algo completamente inocente, como que ha perdido su juguete favorito o que tiene hambre.

Conclusión
Eres la única persona que realmente conoce a tu mascota.
Siempre es recomendable confiar en tu instinto y buscar atención veterinaria inmediata si ves cambios en el comportamiento o si simplemente sientes que algo no está bien.
Incluso la indicación más leve de una enfermedad felina podría resultar en problemas graves si no se aborda de inmediato.
Las mascotas enfermas tienden a sentir miedo, así que te recomendamos probar nuestra cama para mascotas contra la ansiedad.
Es una gran solución para ayudar a que tu mascota se sienta más cómoda durante su recuperación.
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